Tengo un poema favorito, que por mucho tiempo se me olvidó que me gustaba y hasta hace poco volví a leer. Habla de Semíramis, la legendaria reina asiria, escrita por Théodore de Banville, y que a continuación reproduciré en su totalidad:
Nunca quiso casarse legítimamente a fin de no verse privada de la soberanía; pero escogía los hombres más bellos de su ejército y después de otorgarles sus favores, los hacía desaparecer. Diódoro de Sicilia, Lib. II
Semíramis, que reina con glorioso esplendor,
como un dios, a los reyes cautivos lleva al lado;
se ve cual mar de fuego de estrellas esmaltado
de su traje escarlata el vivo resplandor.
Fija en la voz del río, que con tenue rumor
de gemidos y cantos da un son acompasado,
va atravesando el puente triunfal, que por agrado,
sobre el Eufrates puso su afán dominador.
Mientras pasa, humillando al astro soberano
loco de amor murmura un soldado bactriano:
-"Que la tenga en mis brazos feliz instante breve
y que luego a los perros vivas mis carnes den".
Semíramis entonces, la paloma de nieve,
hacia él torna su frente celeste y dice: -"¡Ven!"
(Aquí el original en francés). Así que, inspirado en esta reina realicé la anterior pintura, que en realidad es un boceto para un trabajo mucho más grande.
Como ya se está haciendo costumbre, esta imagen tiene una licencia Creative Commons Attribution 3.0 Unported. Aquí está el enlace al archivo en 600dpi:
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